La naturaleza humana detrás del odio hacia el Toll
Mi último video en TikTok recibió una ola de odio impresionante.
Me han dicho absolutamente de todo: que ojalá mi padre me viole, que debería matarme, que soy un asco, una enferma, una rara. ¿Y saben qué? LO SÉ.
Pero lamentablemente para ustedes, sus discursos moralmente correctos no van a cambiar absolutamente nada.
El Toll ha existido en el fandom de Tokio Hotel por más de 18 años.
No van a erradicarlo, no importa cuánto pataleen y lloren. Es un “mal” con el que van a tener que aprender a convivir, queridas “verdaderas fans” (nótese el sarcasmo). Y sí, tienen razón: somos unas enfermas, unas pervertidas, unas raras, una plaga… Y NO NOS IMPORTA.
Sabemos perfectamente lo que shippeamos y por qué lo hacemos. Y lo vamos a seguir haciendo. Porque, adivinen qué: NOS GUSTA.
Por más que vengan con su viejo y gastado argumento de: “son hermanos de sangre, de la misma madre”, ya lo sabemos. Nos da igual.
Lo que ustedes no parecen entender es que nosotras no estamos buscando su aprobación.
Y todavía hay quienes se creen heroínas:
"Ay, yo comento esto porque quiero defender a Bill y a Tom”.
Amiga, relájate. Los Kaulitz no te necesitan. Mientras tú “los defiendes”, ellos están en un yate en Los Ángeles, disfrutando mientras se dan la follada de su vida, sin la más mínima idea de tu existencia insignificante.
Pero vamos a lo importante: ¿por qué consumes contenido Toll si lo detestas? ¿Por qué buscas edits, fanfics, videos, solo para reportarlos, comentarlos y desearle la muerte a adolescentes?
La respuesta es sencilla: porque te gusta.
Sí, te gusta.
No puedes dejar de ver un edit Toll porque te genera algo que no quieres admitir. Te da morbo, te incomoda y te excita al mismo tiempo. Y cuando esa contradicción te rompe la cabeza, tu reacción es insultar y desear muerte.
Pero seamos claros: muchos de ustedes se pajean viendo Toll y luego vienen a comentar que es asqueroso.
Ese asco no es hacia nosotras, es hacia ustedes mismos.
Esto es humano.
Somos seres obsesionados con buscar algo que nos ofenda, que nos ponga incómodos, para sentirnos moralmente superiores. Eric Harris dijo una vez: “I hate people for being people.” Y es exactamente eso: amas odiar porque te da propósito.
Te encanta sentir esa rabia, ese asco, ese morbo. No es que nosotras seamos el problema, tú eres el problema.
Nosotras estamos tranquilas, con la conciencia limpia.
Tú no puedes lidiar con tu propio deseo reprimido, y lo disfrazas de “indignación moral”.
Cada comentario tuyo, cada reporte, solo alimenta el algoritmo y te hunde más en el mismo contenido que finges detestar.
Así que, en conclusión:
VIVE Y DÉJANOS VIVIR.
Sabemos que son hermanos. Nos da igual, que a ti te encante el Toll y no seas capaz de admitirlo no es nuestra culpa.
Fin del comunicado. Y sí, estoy completamente encabronada.
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