"Bajo la Mesa, Entre las Piernas"



Advertencia al lector: Esta historia contiene contenido explícito, gráfico y sugerente que explora temas como el incesto tabú, las bromas eróticas y los juegos sexuales entre hermanos. Se recomienda discreción al lector.

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La noche era tranquila en casa, salvo el ocasional crujido de los cubiertos contra los platos. Estábamos cenando con mamá y Gordon luego de un largo día en el estudio. La tensión entre Tom y yo era palpable, una mezcla de la rutina fraternal y algo más profundo que al parecer él no quería admitir pero sabía muy bien, yo era el único que no hacía la vista gorda.

Decidí romper con la tensión extendiendo mi pierna por debajo de la mesa, con mi pie toqué su pantorrilla y fui subiendo poco a poco. 

Bufé al ver como me ignoraba y seguía concentrado en su plato, se me prendió el foco y esbocé una sonrisa traviesa, casi imperceptible.

-¿Qué estás haciendo, Bill? -

Murmuró Tom, sin levantar la vista del plato y tratando de mantener la compostura, yo acariciaba y daba pequeños golpes con mi pie en su muslo y entrepierna.

-Nada. -respondí con la voz cargada de inocencia fingida, mi sonrisa delataba mis verdaderas intenciones. 

-¿Te molesta? -pregunté mientras me lamía el filo de los dientes juguetonamente.

Tom bufó rendido mientras entornaba los ojos, se llevó un bocado de comida a la boca seguido de un trago de agua, amaba hacerlo rabiar.

Mi cabeza comenzó a maquinar una guarrada, producto de todas las películas porno que había visto con Andreas a escondidas en la sala de computación. Me relamí los labios con emoción, mientras miraba a mi hermano.

Mi pie descansaba peligrosamente en su entrepierna, lo moví y di pequeños toques en su miembro. 

Él tosió y se atragantó con el agua, lo había tomado de sorpresa. Intenté contener la risa mientras Gordon le pegaba fuertes palmadas en la espalda para que se calmara.

-¡Cariño! ¿estas bien? -dijo mamá preocupada mientras le pasaba unas servilletas.

-S..si, solo me ahogué con el agua. -Tartamudeó mientras me miraba incrédulo, yo le guiñe el ojo.

La cena transcurrió con "normalidad", acariciaba su bulto con mi pie, podía sentir como cada vez se ponía más duro. Tom me miraba con molestia mientras intentaba reprimir o más bien, disimular los gruñidos que salían de su garganta. 

Aún así... él no hacía nada por detenerme o quitar mi pie de encima.

Deje caer mi pierna, la repentina falta de contacto lo hizo sobresaltarse, yo sonreí triunfante y me levante de la mesa, tomando mi plato.

-Estuvo muy rico todo mamá, pero estoy muy cansado... -bostecé fingidamente, mientras dejaba la loza en el lavavajillas.

-Está bien cariño, ve a descansar, has tenido un día muy largo. -dijo ella con cariño, yo me acerqué a darle un beso en la mejilla.

-Gracias mami, buen provecho y buenas noches a todos. -respondí antes de retirarme por las escaleras, sintiendo la mirada de Tom clavada en mi espalda, sonreí ladinamente.

Lo tenía donde quería.

Me encerré en mi habitación, me tumbé en la cama y me quedé un largo rato leyendo una revista de moda cuando sentí un peso extraño a mi lado, desvié la mirada y encontré a Tom sentado al borde del colchón, mirándome con el ceño fruncido.

-¿Que haces aquí? -pregunté, aún concentrado en la lectura.

Él gateó hasta mi lado y me quitó la revista de las manos, dejándola en la mesita de luz.

-No me puedes preguntar eso, Bill. -respondió, yo alcé una ceja, confundido.

-Uhm... ¿estas molesto? ¿por lo que hice? -el asintió, yo me mordí el labio, con interés.

Me tomó fuertemente de la barbilla, obligándome mirarlo directo a los ojos.

-¿Tienes idea de lo difícil que es deshacerme de la puta erección que me dejaste? -desvíe la mirada a su entrepierna pero él me apretó más fuerte, lastimándome, solté un quejido.

-Mírame cuando te hablo, Bill. -asentí y automáticamente estampó sus labios contra los míos. Esta vez él me tomó por sorpresa a mi.

Le correspondí sin pensarlo dos veces, había soñado con esto desde hacía mucho tiempo.

Pasé mis manos por su nuca, enredando mis dedos con sus rastas, el beso se volvía húmedo, sucio, prohibido y la habitación comenzaba a llenarse de obsceno sonido de nuestros labios uniéndose de manera desesperada, él me follaba la boca con su lengua, me penetraba y me chorreaba la barbilla de saliva.

La misma sangre, el mismo ADN, los mismos genes, daba igual. Amaba lo sucio y retorcido que se veía esto.

En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba completamente desnudo, a su merced. Tom me tomó con fuerza la polla y me la sacudió, haciéndome soltar un gemido y retorcerme, me pegó una palmada en el trasero y me metió dos dedos en la boca para silenciarme, yo lo miré con los ojos cristalinos por el placer.

-No hagas ruido, no querrás que nos escuchen, ¿cierto? -yo asentí, sin poder decir nada y él volvió a masturbarme, apretándome la polla con fuerza, entrecerré los ojos adolorido, arqueando mi espalda.

Me penetraba la boca con los dedos mientras me masturbaba, podía ver la satisfacción adornar por completo su rostro, yo jadeaba y balbuceaba sin parar, mi polla dolía con la necesidad de liberarse, la soltó de golpe y me dió la vuelta en la cama, hundiendo mi cabeza en la almohada.

-Eres una perra... -me susurró al oído, su aliento caliente me causó escalofríos.

-Te mereces esto por provocarme de esa forma, maldita perra sucia. -escupió con rabia, dándome una fuerte nalgada, yo gemí y él me volvió a hundir la cabeza en la almohada con fuerza.

Se colocó detrás mío y alzó mi cadera, pude sentir el sonido de el cierre de su pantalón abrirse, suspiré satisfecho, entregándome aún más a él.

-Hazlo rápido, Tomi... -mi voz salió mas suave de lo que esperaba, cargada de necesidad.

-Pareces un perrito desesperado. -respondió, me sobresalte al sentir su polla rozar mis nalgas, arqueé más la espalda, con emoción.

Alineó la cabeza de su polla con mi entrada y comenzó a presionar suavemente, mordí la almohada con fuerza cuando mi esfínter comenzó a ceder y él me estiraba por completo.

-Oh Dios mío, Tomi... -gemí, él me acalló con un beso.

-Shhh, ya esta. -me tranquilizó, comenzando a moverse.

La vista se me comenzó a nublar a causa de las lágrimas, la sensación y el sentimiento, se sentía tan abrumador.

-Ouh... mhmm, Tomi, Tomi... -solté como una plegaría, el me embestía con fuerza, haciéndome ver las estrellas.

Apreté con fuerza la almohada, ardía demasiado pero se sentía deliciosisimo. 

-Mierda... estas tan apretado. -gruñó, golpeándome con fuerza en los cachetes, yo puse en blanco los ojos.

-Ugh... Tomi, es demasiado. -siseé del dolor, sus embestidas se volvieron frenéticas y bruscas.

-Joder, Bill... -jadeó él, apretándome con fuerza la cintura y hundiéndose más profundo en mi, haciéndome gritar.

-¡Uhmm! -gemí, viniéndome sobre las sábanas.

Acto seguido sentí como Tom me acababa adentro, me sentía tan lleno, tan completo.

Me derrumbé cansado boca abajo, Tom salió de mi y se acostó a mi lado acariciandome la espalda.

-¿Hice mucho ruido? -pregunté, él negó.

-Para lo escandaloso que eres normalmente, te has portado muy bien. -rodeé los ojos, él me dió un beso en la mejilla y nos cubrió con una manta.

-Descansa Billy, te quiero. -

-Yo también te quiero Tomi, descansa... -


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